La “parada” del 15M dejó a los países occidentales ante una realidad, la “democracia” que tratan de imponerle a los países árabes (este es el pretexto para imponerles a esos pueblos gobiernos serviles que les entreguen las riquezas de sus países, para que las castas dirigenciales acrecienten sus cuantiosas riquezas, mientras las mayorías siguen viviendo en la desesperanza, llenos de deudas con los bancos y las tarjetas de crédito), es desnudada por los inconformes que se han atrevido a manifestar pacíficamente en contra del sistema monetario-financiero y la corrupción imperante en todos los niveles de la vida en estas democracias.
Esas mismas manifestaciones que se subvencionan por parte de los Estados Unidos, en los países árabes, para que el pueblo “se expresara” y que sirvió para condenar a sus gobernantes por reprimirlas, han encontrado sus pares, en las concentraciones que se realizan en todos los países europeos y ya en algunas ciudades de Estados Unidos y en la represión que se ha dado en contra de los manifestantes.
Basta con ver la tremenda represión que sufrieron en varios puntos de España (al igual que en otros países), principalmente en Barcelona, donde se llegó a extremos increíbles con la violencia y donde la Generalitat (el gobierno autonómico de Cataluña, sigue denostando en contra de los manifestantes e intentando desalojarlos de la plaza donde se han establecido, como protesta.
Y el 15M se convirtió este fin de semana en 19J y la respuesta fue descomunal, la gente con sus hijos, se echaron a la calle, con alegría, con música, a manifestar y me recordaron las jornadas de 1968 en Paris, en México y en muchos otros lugares, con aquellas consignas inolvidables “seamos realistas, pidamos lo imposible”, solo que ahora descubriendo algo que hacía falta, nos dijeron “si no tenemos miedo, no tienen poder” y es que para quienes han perdido sus trabajos, sus ahorros, sus casas y su modo de vida y encima estamos endeudados por los siglos de los siglos, por las “travesuras” de los banqueros y los políticos corruptos, a nivel mundial, ya no tenemos nada más que perder y eso nos puede llevar a otra visión de lo se nos ha vendido como una panacea, “la democracia” a sentirnos libres de protestar, ya que en un país como Guatemala, la mayoría de la población solo tiene la vida, todo lo demás se lo han quitado.
Basta constatar que en Guatemala, la banca no sufrió la gran depresión de la banca mundial, vivimos tan enconchados, que los que perdieron fueron los que tenían grandes depósitos en el exterior, por lo demás todo se vio afectado como si hubiéramos estado dentro de la gran conflagración de la “crisis financiera mundial”, ya que el juego se aprovechó para que la oligarquía criolla se hiciera la víctima y ralentara aún más nuestra maltrecha economía, así vimos como cerraban los pequeños negocios, el CACIF pedía que se aprobara el trabajo por tiempos parciales y se redujeran las prestaciones de los despidos, como si verdaderamente se estuviera sufriendo el embate de esa “crisis financiera”.
Así de “roñosos” son.
Como si hubieran sido los trabajadores y no la oligarquía, los que hipotecaron el futuro del mundo, con sus trampas y triquiñuelas, avalados por los gobernantes de las grandes potencias, que serviles les dieron todo el dinero que poseían, que no era de ellos sino del pueblo, para que salvaran sus tramposos negocios. Si se rascara un poco, seguramente encontraremos que estas castas gobernantes tenían negocios en esos bancos, que los llevaron a tender los salvavidas pensando más en la posibilidad de sus negocios, que en su obligación, proteger al pueblo.
Al final de las andadas, lo que vemos siempre es un espejismo, la verdad está oculta en la mierda que nos venden como oropel.
Qué hay de extraño en que el pueblo salga a protestar, asqueado de los políticos corruptos y del sistema bancario, que solo sirve para exprimirlos y mediante engaños, trabajar con el dinero de los pobres ahorrantes y estafarlos, es que son ellos, los ciudadanos que muestran su inconformidad, son ellos los que tienen que pagar las deudas de un sistema corrupto que le han heredado a varias generaciones el pago injusto de un sistema bancario mundial, que ha dilapidado, engañado, robado, blanqueado dinero, traficado con los valores nacionales y robado las riquezas de todos los países, en nombre de una “democracia” que no funciona o mejor dicho, funciona, pero para su clase dirigencial, para las castas poderosas y para los ejércitos que sirven sin vergüenza alguna, a la potencia más poderosa (hasta ahora) de la tierra, basta con revisar las nóminas de la CIA, que ha subvencionado en Guatemala en las que aparecen quienes han cobrado, como ejército mercenario, los que se dan de “impolutos”, al igual que lo han hecho militares de todos los ejércitos de los países pobres.
Hay que reconocer que no solo los militares han recibido subvenciones, dinero bajo la mesa, también lo han hecho y lo hacen la mayoría de los políticos.
Pero hay que reconocer que al forzar que los pueblos protestaran en los países árabes, abrieron la puerta para que también los habitantes de sus propios países salieran a las calles, hartos de un sistema político totalmente corrupto que nos tritura y de un sistema financiero que fagocita todo lo que se le pone por delante y sirve descaradamente para lavar los activos criminales, principalmente los provenientes del narcotráfico, en el último escándalo de lavado de dinero proveniente del narcotráfico uno de los principales involucrados fue el Banco del Vaticano. . . y así se atreven a hablarnos de moral. . .
Siempre tuvo razón mi viejo, cuando advertía, SIEMBRA VIENTOS Y COSECHARAS TEMPESTADES, ya que lo previsible es que habrá, por lo menos, reformas a favor del pueblo.
Con algo habrá que compensarlo.
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