domingo, 23 de enero de 2011

LA EDUCACIÓN Y LAS MENTIRAS

A finales de los años sesenta, en el 68 para ser exactos, en el transporte público de México, una gran cantidad de personas iban en el mismo sentados o parados leyendo fotonovelas, una forma ingeniosa de presentar las historias por medio de fotogramas con leyendas que salían de la boca de los personajes, que se hicieron famosas en el continente y un amigo con el que coincidí en esa ciudad hizo un comentario al respecto de ese espectáculo, diciendo que era una perdida de tiempo y que la gente solamente se estaba alienando, en lugar de aprovechar su tiempo y leer algo de mejor calidad, por lo que se inició una discusión, en la que mi punto de vista fue que era preferible que leyeran cualquier cosa, con tal que leyeran, que después de acostumbrarse a la lectura irían buscando otras cosas que leer, ya que la moda de las fotonovelas pasaría de moda y ellos tendrían que buscar algo que las sustituyeran. Para mi lo importante es que la gente lea, en algún momento encontrará otros intereses y leerá otras cosas, puede ser que mejores, lo malo es cuando ni siquiera se lee, ni los rótulos.

Lo fundamental es aprender a leer. Cuando en un país, como el nuestro, la mayoría de los ciudadanos no sabe leer y escribir, esto se debe calificar como una tragedia nacional.

Hace unos pocos días, seguidamente que el noticiero pasara imágenes de la inauguración del nuevo ciclo escolar y el Presidente anunciara que en este nuevo ciclo lectivo se habían inscrito medio millón de nuevos alumnos, me pareció inaudito que apareciera uno de esos “nuevos expertos en educación” con que los noticieros apoyan sus opiniones y éste expresara que era una irresponsabilidad de parte del gobierno el inscribir más niños en las escuelas, cuando las mismas no estaban en condiciones de brindar todas las condiciones de comodidad que se requerían para brindarles una educación de calidad.

Claro, la calidad es deseable y necesaria, pero no podemos seguir esperando a que se alcancen las condiciones óptimas para hacer que nuestros niños reciban educación, a pesar de las carencias estructurales del país, es necesario llevar educación hasta el último rincón de nuestra patria y eso no puede esperar como pretenden estos “expertos de la educación” representantes de la derecha menos ilustrada, que durante años repitieron el “slogan” que hiciera famoso el “Mico” Sandoval Alarcón, que decía “a los indígenas nos hay que enseñarles a leer, porque se vuelven comunistas”, lo que nos fue dejando en el penúltimo lugar educativo en América Latina, solamente atrás de Haití.

Lo que subyace detrás de este tipo de comentarios sesudos, es que esto acentúa la necesidad de una urgente Reforma Fiscal y para ello que mejor que descalificar los esfuerzos de extender el proceso educativo a todos los ciudadanos guatemaltecos y hacerlo ver como algo innecesario, cuando la verdad es que este tipo de trabajo en la educación no ha sido posible, ya que se sigue por parte de la oligarquía la costumbre de no pagar impuestos, cuando en nuestro país, contra lo que dicen ellos, es el país en que menos impuestos se pagan y por esos las condiciones miserables en que superviven la mayoría de nuestros compatriotas.

2 comentarios:

  1. Pueblo que lee, pueblo que avanza. Mi madre contaba que a los 4 o 5 años, al ver a a sus hermanas leer "chistes" o historietas, le preocupaba no participar de esas lecturas.En su proceso, aprendió y, aunque solo terminó la primaria, llegó a conocer con la lectura a los grandes clásicos de la literatura. Usted dice bien, lo importante es aprender a leer.Saber que dos o tres poblaciones alcanzaron cero analfabetismo, no hace que no sigamos en esa tragedia nacional. Es injusticia porque se continua con la marginación de los pobladores que no tienen acceso a la información escrita. Excelente ensayo.

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  2. Por la motivación que me generaba entender los cómics, aprendí a leer a los 5 años, gracias a estos formatos desarrollé comprensión lectora antes de los 8 años.
    Pero el truco de los neo-liberales es criticar las pocas acciones buenas que se realizan desde el Ministerio de Educación con el argumento de que no están técnicamente elaboradas, que no se anticipan las medidas con el desarrollo de condiciones favorables para su desarrollo, entre otras razones.
    Un ejemplo es la política de gratuidad de la educación, que es fuertemente criticada en las facultades de educación de las universidades privadas, principalmente Galileo y Marroquín. Los argumentos: falta de maestros, infraestructura, mobiliario, etcétera. Porque esto hace que la "calidad educativa" esté por los suelos. Lo que no dicen es que el Congreso pasó 3 años sin aprobar el presupuesto que se requería para el Ministerio de Educación y que por esta razón no podían haber condiciones favorables para la calidad. Siguen pensando que es mejor invertir en "seguridad", eso sí, siempre que esto no implique impuestos progresivos.

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