Para aquellos que han estado insistiendo en que en el año 2012 será el fin del mundo, puede ser que en las próximas horas, días o semanas, se les haga realidad el sueño, no en la forma en que están pensando y esperando, sino en una forma más prosaica, por la propia acción del hombre.
Este fervor y entusiasmo que produce el campeonato mundial de fútbol, en Sudáfrica, en que la mayoría nos quedamos por horas fascinados ante el televisor, el celular o la radio, gozando del deporte favorito de la mayoría de los terrestres, sin distinción de razas, castas o clase social y nos enfrascamos tratando de imponer nuestro criterio sobre quien es el mejor, si Cristiano Ronaldo o Lionel Messi o cual es el equipo que tiene mayores oportunidades de ser campeón, Alemania o Brasil o España, ese tiempo que nos absorben estas diletancias, es aprovechado por los enemigos de la paz, que navegan desde hace una semana, libremente, con naves militares norteamericanas e israelitas, buques de guerra, incluidos portaaviones, escoltado por submarinos nucleares, hacia las costas iraníes a través del canal de Suez.
Junto a las fuerzas navales norteamericanas, avanzan buques militares israelitas, con armamento igualmente sofisticado, que les ha proporcionado el gobierno de Estados Unidos, en esa carrera armamentista que no tiene fin en el mundo entero, para tender un férreo bloqueo a Irán, esta flota inspeccionará cuanta embarcación parta de o se dirija a Irán, impidiendo exportar e importar productos comerciales, que el funcionamiento de la economía de ese país requiere.
Ni más ni menos que otro brutal bloqueo, al estilo del que es impuesto a Cuba.
¡Hemos vuelto a la política del “Gran Garrote”!
¿Qué derecho tienen países como Estados Unidos, Francia, Alemania, Inglaterra y otros, de decidir quienes pueden o no tener centrales nucleares para generar energía más económica, eficiente y limpia?, bajo el pretexto de que no están suficientemente desarrollados para administrarla, aunque en el fondo el motivo sea, que todo el equipo debe ser surtido y administrado por los gringos, sino ¿por qué se enojan que los mismos iraníes produzcan uranio enriquecido? porque si lo hacen no se lo compran a estos países.
No ignoran que existe la Internet, con lo que se dificulta mantener en la ignorancia a la población, pero sabedores que a muchos nos gana la pereza para consultar las noticias y que la Internet es usada por la mayoría para chatear o mandar correos inocuos o hacer deberes escolares y teniendo los medios de comunicación decididamente a su favor desaparecen estas noticias de los noticieros y nos retrata a una sociedad bárbara que osa, dentro de su ignorancia, “construir una bomba atómica”, (ven aquí ya se saltaron de una central nuclear para producir electricidad, a la producción de una bomba atómica ¿?)* ahora resulta que únicamente los países escogidos por EEUU tienen el derecho de poseer tecnología nuclear, aunque algunos sean mucho más atrasados que Irán, sino ¿como es que países como Israel, Pakistán, la India, Francia y otra serie de amiguitos, la tienen?
*Para colaborar con mis lectores, adjunto un archivo de imágenes de Irán, para que sepan como es y saquen sus conclusiones de si son o no bárbaros, estoy seguro que se sorprenderán.
Lo que subyace atrás de esta maniobra imperial, es que Irán sigue siendo uno del países que más petróleo posee, así que los esfuerzos van en la dirección de impedirles vender su petróleo y mantenerlos como una reserva gigantesca mundial y si las condiciones se dan, y van a forzar las situaciones para que esto suceda, atacarlos como lo hicieron con Irak, a pesar que Saddan Hussein era su agente en el Oriente, el mismo que a las ordenes de EEUU atacó con armamento químico a Irán, en una guerra sangrienta, en 1988.
Tratemos de impedir que lleguen a esta situación extrema, ya que existen muchos frentes que explotarán en otros lugares del mundo, los norcoreanos están dispuestos a ir a la guerra y solo esperan un chispazo en cualquier parte del mundo para atacar.
Lo mejor es que no se suelten los demonios y nos metamos en una conflagración de la que no sabremos nunca su costo, como humanidad.
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